domingo, 16 de octubre de 2011

El ciudadano en acción

Tradicionalmente se consideraba que la ciudadanía era una calidad de las personas habitantes de un Estado que las habilitaba a participar en las instituciones. Especialmente gubernamentales, en un sistema democrático.

En la actualidad y desde el siglo XX visualizamos una ampliación del concepto de Ciudadanía que tiene antecedentes en el siglo XVIII a través de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (Revolución francesa) donde se afirma la igualdad como principio básico.

En el siglo XIX continúa este proceso a través de la extensión del sufragio a otros actores sociales.

Hoy asistimos a un nuevo rol o papel del ciudadano. En la actualidad ser ciudadano debe implicar no solamente la posibilidad de ejercer derechos políticos como, por ejemplo, participar en el gobierno como elector y como elegible sino también tener derecho a recibir educación, asistencia médica, prestaciones sociales, protección laboral, apoyo para tener una vivienda decorosa.

El ciudadano debe ser la persona considerada como titular de derechos civiles y políticos teniendo la posibilidad (esto es el derecho) y la responsabilidad (esto es el deber) de participar activamente en la sociedad.

La participación no solamente es un derecho sino que también es una responsabilidad.

Participación responsable implica colaborar con las acciones de los grupos, defendiendo nuestros criterios pero también respetando los criterios de los “otros”. “Vivir” vínculos interesándonos por los asuntos de los demás, eso significa participación social responsable. Todas las sociedades necesitaron, necesitan y necesitarán de ella pero creemos que, la actual, asiste a una gran crisis y depende de esta participación responsable para superarla.

No olvidemos que la participación ciudadana implica derechos pero también obligaciones, responsabilidades en el ámbito político pero también en el social y cultural.

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